«El llanto del trigo», de Luis Miguel de Dios, «un canto a la realidad de los pueblos»

El periodista, colaborador semanal de LA OPINIÓN-EL CORREO presentó en el Colegio Universitario su primer libro, prologado por Juan Cruz

«Decía Delibes que toda historia debía tener un hombre, el paisaje y la pasión. En mi caso el hombre es el hombre de esta tierra, lo mismo que el paisaje y la pasión son estas historias, vicisitudes, problemas o alegrías que da esta tierra». Es Luis Miguel de Dios, periodista, durante la presentación de su primer libro, un volumen (Editorial Agilice Digital) de doce relatos titulado «El llanto del trigo».

El articulista, colaborador semanal del periódico presentó en el CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA un libro que recopila distintas historias que el autor ha ido escribiendo a lo largo de los años y que, seguro, no será su última publicación, enfrascado como está en una novela. Junto a la conductora del foro cultural del periódico, Carmen Ferreras y el profesor de literatura Horacio Calles, De Dios fue desgranando la esencia de su libro, prologado por Juan Cruz, director adjunto de El País con el que el de Guarrate mantiene amistad desde sus tiempos de corresponsal del rotativo nacional en Valladolid.

«El llanto del trigo» o «el símbolo o metáfora del mundo agrario, de la agricultura y el llanto porque los cuentos tratan de reflejar una realidad que es un poco triste: la despoblación, el abandono de los pueblos, la emigración y esas cosas. No tiene un hilo conductor ni un protagonista solo, sino que son doce cuentos absolutamente independientes, pero con una especie de denominador común, que están muy vinculados a esta tierra y los problemas que tiene, al paisaje en el que es identificable en la mayoría de los relatos cualquier pueblo de la zona mía (Guarrate) o de Tierra de Campos o del Vino».

El autor deja en los relatos sus reflexiones sobre distintos problemas. «Moraleja no, porque no es cuestión de adoctrinar a nadie. Lo que si es verdad es que se hacen reflexiones de problemas, con el nombre y los motes suenan un poco como la ironía, pero al final el libro tiene un denominador común que es la gente y los paisajes de esta tierra. Pero cada cuento es un mundo en sí mismo, no hay un hilo, con lo cual hay alguno que es más tierno, otros más duros, otros más irónicos. Hay uno que es «Elegía de Quijotinín» que habla de los problemas de un agricultor de la zona con los papeles, las siglas, las subvenciones, las cepas, el sigpac que ni entendemos los que estamos en este mundo, imagínese al que se ha dedicado a estar con el tractor y ahora tiene cuarenta mil oficios».

El autor reconoce que las facilidades que ha tenido para encontrar una editorial han facilitado mucho la tarea a la hora de sacar el libro a la calle en un momento en que el volumen de papel, lejos de estar acabado, sigue ganando mercado.

«El llanto del trigo» es el primero de una carrera literaria que Luis Miguel de Dios puede abordar una vez dejada atrás la vorágine de las redacciones. «Tengo una novela que está en uno de los primeros pasos. Hay un problema, cuando no tienes una obligación de un plazo», que no tiene prisa en acabarla. Otro, la afición por la lectura, que muchas veces le aparta de encender el ordenador para escribir. Pero al final, «acabará saliendo».

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